septiembre 25, 2007

“Lágrimas, abrazos y dos fríos apretones de manos”

Domingo 23 de septiembre del 2007. The Observer.

El reino de José Mourinho en el Chelsea termino emocionalmente, con abrazos cálidos de 23 de sus jugadores en el vestidor – y dos apretones de mano de Andriy Shevchenko y del capitán John Terry. Su salida, hace tiempo que estaba planeada. Reporte de Duncan Castles.

Martes, 10:00 pm., vestidor local en Stamford Bridge. Andriy Shevchenko crítica la actuación de Michael Essien en la noche del desconcertante empate 1 – 1 con el Rosenborg. El antiguo mejor jugador europeo le dice al mejor mediocampista africano que intento demasiados pases al centro del campo del equipo noruego, donde “estaban el 70 por ciento de sus jugadores.” Essien aprende que también debe mandar pases a los costados “donde sólo estaban el 30 por ciento de sus hombres.”

Estos perspicaces consejos tácticos no provienen de la mente del internacional ucraniano, provienen de la mente de un billonario ruso. Parado detrás de Shevchenko, con anotaciones tácticas en la mano, Roman Abramovich es el hombre que le dice a Essien como debe jugar fútbol. Aquí, Shevchenko funge tan sólo como traductor. En otra sala, Mourinho, que tiende a los medios, desconoce las acciones de su patrón.

Martes, 7:11 pm., vestidor local. Los 18 jugadores de la escuadra del Chelsea son llamados para salir al calentamiento antes del partido. Todos los jugadores se levantan, preparados para salir a calentar, excepto uno. John Terry permanece en su lugar. Uno de los asistentes de Mourinho le pide a Terry que salga. El capitán del Chelsea se niega, insulta incluso, y, de acuerdo con un testigo, dice que esta enfadado y que tiene “cosas en mente”. Terry se dice furioso después de enterarse que Mourinho ha preguntado al cuerpo médico del club si había alguna razón médica que diera cuenta del bajo rendimiento mostrado por el capitán en las recientes semanas. Terry continuaba sin levantarse hasta que un compañero de equipo le rogó a su amigo que saliera a la cancha.

El juego comenzó, el Chelsea rápidamente recibió un gol en un tiro libre, en donde Miika Koppinen le gano el balón a Terry y anotaba en el marco de Cech. El Chelsea se fue al medio tiempo con el marcador en contra de 0-1 y José Mourinho le hizo observaciones a su capitán, criticándole su error. Terry no dijo nada pero todos sus compañeros de equipo vieron el enojo en su rostro.

Ambos, habían mantenido una alianza, pero en ese momento estaba ya rota. 24 horas después Mourinho ya no era más el técnico de Terry en el Chelsea, y el club tendría que pagar por lo menos £10.5 millones de indemnización al hombre que han llamado “el técnico más exitoso que el club ha conocido.”

“La relación se deterioro no a causa de un detalle o porque algo sucedió en algún preciso momento. Se deterioro a lo largo del tiempo.”, dijo José Mourinho el 21 de septiembre del 2007.

Para entender como es que el ganador de dos títulos de la Premier League, dos Carling Cups y una FA Cup, un hombre con un porcentaje de 2.33 puntos por partido de 120 juegos de la Premiership disputados en tan solo tres temporadas, se convirtiera en una persona non grata en el club al que hizo grande, es necesario regresar al verano del 2005.

“En la primera temporada bajo el mando de José, todo estaba bien”, dice un empleado del Chelsea que sufrió la caída de la guillotina de Abramovich mucho antes que sufriera el portugués. “Él llego, ganó el titulo arrolladoramente, debió haber llegado a la final de la Champions League, todos estaban felices. Pero entonces todo comenzó a ponerse mal. Peter Kenyon comenzó a pensar que el genio que había logrado todo era él, como jefe ejecutivo, que él era el más importante. La gente de Abramovich decía que era el dinero del ruso el que había logrado todo, y que cualquier técnico medio-decente podría haber ganado la liga con semejantes recursos. Ellos olvidaron que el hombre más importante en cualquier club es el entrenador.”

Ese verano, el Chelsea contrato a quien se desempeñaba hasta entonces como director deportivo del Tottenham Hotspur Frank Arnesen, con un costo de £5 millones. Arsenen fue reclutado para revolucionar las fuerzas inferiores del club. El holandés fue recomendado por Piet de Visser, un famoso visor de talentos holandés, consejero de Abramovich en materia de fútbol desde los primeros días del ruso como dueño del Chelsea.

Arnesen y De Visser, amigos y aliados desde los días en que trabajaban juntos en el club holandes PSV Eindhoven, constantemente intentaban influir en la toma de decisiones de Abramovich en el primer equipo, y lo más importante, en el fichaje de jugadores. Además de ellos estaban los agentes Soren Lerby, Vlado Lemeic y Pini Sabih, quienes condujeron a Abramovich a contratar a determinados jugadores. Su objetivo, de acuerdo a una fuente confiable, era “conseguir dinero de Abramovich. Para hacerlo, necesitaban ciertas posiciones de poder en el club, necesitaban un entrenador que hiciera y pidiera lo que ellos le solicitaran. Mourinho no podía seguir siendo el técnico.”

La aparición de esta lucha por el poder en la cual Arnesen y otros parecía estar enfocada a minar el puesto de Mourinho cuestionando su trabajo en cada oportunidad que se presentará. Cuando Mourinho se metió en problemas con la UEFA por criticar el trabajo de los árbitros, ellos le dijeron a Abramovich que el entrenador estaba arruinando la imagen del club. Cuando el equipo de Mourinho ganaba ajustadamente partidos clave con marcadores de uno a cero, ellos le decían al dueño que un mejor técnico podría haber ganado ese juego con mayor diferencia de goles, y que la plantilla podría desplegar un juego más vistoso. Cuando alguna contratación de Mourinho fallaba en su actuación en la cancha, ellos le decían a Abramovich que ellos podían encontrar mejores jugadores que aquel.

Al paso de un año, y a pesar de los éxitos de Mourinho, que ganaba su segunda Premiership consecutiva, él técnico portugués perdía el control de las transferencias. En el verano del 2006, Mourinho pidió el fichaje de de Samuel Eto’o; pero ellos compraron por un precio record para la Premier de £30 millones a Shevchenko. El Chelsea vendió al Arsenal a William Gallas en contra de los deseos explícitos de Mourinho, y forzó la compra de Khalid Boulahrouz por £7 millones. Al mismo tiempo Arsenen cometía el error de no contratar a Micah Richards, quien estaba valuado en £5 millones. En esa temporada Richards fue incluso seleccionado inglés constantemente, mientras que Bouhrouz se iba al banquillo, y al llegar el siguiente verano, prestado al Sevilla. El club azul se quedaba con las manos vacías.

Al final, Mourinho pudo fácilmente dejar al defensa holandés fuera del primer equipo. Un amigo personal de Abramovich, Shevchenko, no rendía como se esperaba. En sus primeras 26 apariciones en el Chelsea, el ucraniano sólo anoto cinco goles. El técnico y sus compañeros de equipo sentían que regularmente sólo jugaban con 10 hombres en el campo, y Mourinho tenía un problema: ¿debía dejar en el banquillo al amigo del dueño o perder la confianza del resto del equipo?

Enero llego, Mourinho solicito la contratación de un nuevo delantero. La junta directiva rechazó la petición. Mourinho solicito a un defensa central para cubrir a John Terry, que se encontraba fuera de las canchas por una lesión en la espalda. La junta directiva le ofreció elegir entre Alex, un brasileño comprado vía Piet De Viesser y ‘estacionadop’ en el PSV por dos temporadas, y Tal Ben Haim, un cliente de Sabih. Mourinho no quería a ninguno de ellos.

Pero las cosas se pusieron peor. El técnico del Chelsea recibio instrucciones de correr a uno de sus asistentes y colocar al israelí Abram Grant en el equipo del entrenador. Cuando el entrenador rechazó la 'sugerencia', la junta directiva sabía que tendría que atacar más profundamente.

Mourinho sacó a Shevchenko del primer equipo, La historia se ventiló en la prensa nacional y se abrió la posibilidad de que Abramovich despidiera a Mourinho. En una tarde emocionante en Stamford Bridge cohesiono a su equipo alrededor de él, y vencieron al Wigan 4-0. Luego del silbatazo final, los fanaticos comenzaron a cantar “Stand Up for the Special One”, el estadio entero ovacionaba al entrenador.

Abramovich se puso furioso, y pidió a su gente que comenzará a buscar un técnico sustituto. Mourinho dijo que sabía que estaba abierta la posibilidad de dejar el club, pero que para eso tenía que recibir una indemnización de por la ruptura de su contrato de £28 millones, tomando en cuenta £5.2 millones por año de las tres y media temporadas restantes y £10 por primas adicionales. Mientras tanto, el portugués seguía ganando partidos, a pesar de que la plantilla seguía golpeada por las lesiones, y a punto de lograr la hazaña de ganar cuatro trofeos en una misma temporada.

Finalmente el Chelsea ganó la Carlin Cup y la FA Cup, forzando a Abramovich a reconciliarse con el entrenador. La junta directiva convenció a Mourinho de ser más “dulce”, es decir, a evitar conflictos con otros técnicos y autoridades del fútbol, y a aceptar ciertas restricciones en las transferencias de verano, así como modificar el parado del equipo a una formación “más vistosa”, a una formación 4-4-2. Fatídicamente, él también acepto el nombramiento de Avram Grant como director de fútbol del Chelsea.

En el campo de entrenamiento, Grant era conocido como “Mossad Spy” El técnico decidió que podía trabajar con él. Grant organizó encuentros positivos en la pre-temporada por Estados Unidos. La temporada comenzaba con optimismo, pero este pronto se evaporaría.

Grant comenzó a llamar a cada uno de los jugadores de modo individual para hacerles ciertas preguntas como las siguientes: “¿Te ves triste, por qué?”, “¿Cómo te sientes en tu posición?”, “¿Crees que este es el mejor lugar para ti?”, “¿Estamos explotando bien todas tus habilidades?” Debido a que muchos jugadores se quejaron de esto ante Mourinho, el técnico decidió rotundamente reducir las reuniones del equipo, el único que hubo esta temporada fue la reunión del año nuevo judío, cuando Grant estaba de viaje en Israel.

Cuando Grant estaba en el campo de entrenamiento, Shevchenko le trataba con desden. De hecho, se dice que el ucraniano parecía más interesado en mejorar su swing en el campo de golf, que en sus tiros al arco. El primer equipo se preparaba para la ultima parte de la temporada, especificamente para el amistoso contra el Brondby danes. Shevchenko se autodiagnostico un problema en la espalda. Una victoria clara de 2-0 mostró que no se le extrañaba en el campo al delantero de £121,000 a la semana. Mourinho no tardo demasiado en enterarse que la lesión en la espalda de Shevchenko fue en realidad una excusa para que este pudiera disfrutar de una sesión de golf en Sunningdale aquel día.

La junta directiva, mientras tanto, no estaba interesada en el hecho de que el nivel del club estaba disminuyendo. Algunos jugadores se preguntaban que era lo que estaba pasando. La tranquilidad del verano era algo falso. El técnico no tenía el apoyo de su directiva. “La mentalidad decae cada vez más y más” le habría dicho a uno de sus allegados. “Se puede sentir que el equipo ya no es tan fuerte.”

Mourinho sabía que su tiempo en el Chelsea ya estaba contado, y que el fin se aproximaba. En un foro organizado por la UEFA para la elite de entrenadores en Genova hace unos quince días, Mourinho les hablo de su presentimiento a sus colegas y rivales de la Premier League. “Mourinho dijo que ama al Chelsea y que ama al fútbol inglés, pero que piensa que no permanecerá allí por mucho tiempo”, dijo un entrenador. “Alguien de nosotros le pregunto por qué. Él no dio ninguna respuesta, pero era obvio que había algo grave, algo fuerte.”

Su siguiente encuentro para la Champions League trajo consigo el final de su estancia en el Chelsea. El miércoles por la tarde la junta directiva le pidió a Mourinho renunciar. Sus problemas con Shevchenko, a su autoridad cada vez más minada y, crucialmente a su ruptura con John Terry fueron las razones por las que él se debía ir. Mourinho se negó a partir, y lucho al máximo por su indemnización, incluso, se dice, amenazó con llamar a los empleados del club para testificar contra el club en cualquier tribunal laboral.

Con £10.5 millones como indemnización por la ruptura del contrato, la siguiente mañana Mourinho hizo su último viaje al centro de entrenamiento Cobham para recoger sus posesiones y decir adiós al equipo. Hubo un mensaje de despedida para cada uno. Hubo cálidos abrazos y palabras de agradecimiento. Para Didier Drogba y Frank Lampard las emociones fueron tan fuertes que lloraron. Lampard se retiró a la regadera en un esfuerzo por esconder sus lágrimas. Para Shevchenko y Terry sólo hubo un apretón de manos.

Hubo un cambio radical. Se podía comparar rápidamente lo anterior con lo nuevo. La partida-despido de Mourinho es considerada por la mayoría de los jugadores como una desgracia. Al sustituto de Mourinho en Cobham lo llaman 'un idiota' y describen sus técnicas de entrenamiento y sus tácticas de juego como “técnicas de hace 25 años”. Abramovich mira al israelita “sin nada que pueda apreciarse como respeto.”

El preparador Brendan Rogers fue colocado como ayudante en el primer equipo, una promoción que no puede estar desconectada de las sesiones particulares de entrenamiento que le impartió al hijo de Abramovich. Sólo Steve Clarke, de los que allí está,, tiene el nivel de conocimiento acerca de fútbol para tratar con una escuadra llena de superestrellas internacionales. Como el único sobreviviente del equipo de cuatro auxiliares de Mourinho, el escocés tiene una tarea poco envidiable. Porqué ni él, ni nadie del equipo técnico es quien decidirá la formación y las alineaciones. Como Michael Essien, que lo descubrió la noche del martes, todos saben que en el Chelsea el técnico es también el dueño.

http://football.guardian.co.uk/News_Story/0,,2175177,00.html

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